lunes, 7 de septiembre de 2009

CITAS DE AYUDA ECONÓMICA


Un filón valiososo del mercado sexual lo constituyen las adolescentes que cursan la secundaria o el bachillerato, entre los 15 y 18 años. A temprana edad, las muchachas japonesas se hacen con buscapersonas y móviles que la fiera competencia comercial pone en sus manos a precios razonables y que el elevado poder adquisitivo de la sociedad puede solventar. Las jóvenes llaman a los servicios de búsqueda, operados por proxenetas de la mafia japonesa, a través de los que se contactan con hombres mayores, quienes alquilan un cubículo telefónico en el mismo club o pagan la conexión desde un lugar más remoto. Conciertan una cita en una cafetería o les dejan un número de buscapersonas para recibir los mensajes del patrón. De esa manera, las muchachas pueden controlar las llamadas y pasar inadvertidas en casa. Las citas no siempre terminan en relaciones sexuales, pero las adolescentes reciben por sesión entre 20 y 40 mil yenes (23 y 46 mil pesetas), dinero que destinan, por lo general, a la compra de ropa, accesorios de marca o cosméticos. Muchos de estos productos sólo pueden usarlos fuera de casa para no despertar sospechas familiares.

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